martes, 20 de marzo de 2018

ANECDOTA NUMERO 1 (LAS AVENTURAS DE CHEPE BRAVO)

Este  texto fue  escrito por  Carlos  Mario Bravo Ramirez.
Lo  retomo  para  que  quede  en  la  posteridad  de   este  personaje  tan  trascendental en la  sociedad  guarceña}

El Retiro 02 de  mayo de  2014

Quiero empezar  este  relato,  recordándole a  los  interesados que  don José  Sacramento Bravo Piedrahita (Chepe) es  un Guarceño de pura  cepa nacido en  el sector  de Pempenao;  que  fue  una  posada donde  sus abuelos hospedaban  a  hombres y  recuas de  mulas,  después de  largas  jornadas con sus cargas que  traían de  otros  departamentos con destino final Medellín.  Es  hermano de  Luciano Bravo del dueto Luciano y Concholón (Patrimonio nuestro).
En  los  años mozos,  el aguardientico era uno  de sus  amigos entrañables y por  lo regular  era demasiado eufórico y expresivo,  todo el mundo  lo conocía y ni bolas  paraban,  al punto de  hacer  cerrar el comando de  la  policía. Se  paraba  al  frente a  gritar  alabanzas al comandante de  turno a  la policía y al  gobierno;  todos  los policías se ubicaban en el extremo opuesto (el atrio de  la iglesia) mientras todos  los parroquianos se  divertían mirando el  cuadro, en  una ocasión se  fue  caminando por el centro de  la plaza que  mostraba un panorama de  puertas entreabiertas con sus tenderos adentro  mirando por  la hendija.  ¡Se  metió  a la  iglesia! -dijeron.  Yo subí con otras personas a mirar cuando, estuvimos  allí, escuchamos que  gritaba a  todo  pulmón de  rodillas y  frente al  cristo: -¡Jesucristo, bendito; decime quien fue el que  te  mato; para  yo ir a  cobrárselas!-  El curita  no tuvo más  que hacer sino interrumpir la misa mientras varias personas lo ayudaban a  salir.
No estoy  seguro si fue en esta misma ocasión, se fue  y ensillo su yegua  (la venenosa) y se  dirigió  al  cementerio. Era  un buen animal; pues  la hizo saltar el quiebrapatas y subió hasta la  puerta principal del campo santo; se  bajo   y al  intentar entrar encontró la puerta cerrada con un candado y cadena. Porque estaba ya  de noche. En  medio de sus  guaros pensó en subirse por  encima de la reja y así lo hizo,  se  encaramo con tan mala suerte  que  en una  punta metálica de estas  que  sobresalen como lanzas y apuntan hacia  el cielo se  le enredo la parte de  atrás de su jean lee, muy fino por  cierto,  que  al descolgarse, quedo colgado sin posibilidad de  maniobrar para incorporarse; siempre estaba tomado y por  eso era mucho más difícil  la  labor, trato y trato de salir de  semejante lío hasta quedarse  dormido ahí colgado. Se  imaginan la situación.  Pues allí  amaneció hasta que a  las seis de  la mañana llego "Marchan", el sepulterero que se  extraño mucho.  Desde  la distancia vió que  en la  puerta del  cementerio estaba una  yegua  colorada, esperando a  alguien. Lo primero que hizo Marchan, fue  abrir para  mirar quien era  el personaje, ya que colgaba  para el lado de adentro.  Cual fue la  sorpresa al ver a  semejante  personaje, allí sujeto como un títere.  Chepe  Bravo,  quien más iba  a ser; pensó-  Le  insistió  llamándolo hasta que  despertó descontrolado y perdido. Había amanecido colgado en el cementerio. Marchán más  o menos  en  media hora logro explicarle que  la única forma de  bajar de ahí, era  aflojando la correa.  Con mucho esfuerzo lograron desabrochara cayendo don Chepe al suelo  en calzoncillos y a un pantano, quedando los  jean colgados en el mismo lugar pero volteados al revés.
Su yegua  continuaba inmóvil y pensativa atada a la reja.

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